Después de un tiempo de incertidumbre y de dudas, dónde los
principios, los valores y las convicciones chocaban frontalmente, he podido
hacer una poda en el árbol de la vida, con tranquilidad, con serenidad, sin
prisas, pero sin pausa. He cortado de ese árbol,
todo lo que a mi entender sobraba, me hacía
sombra, me quitaba la paz,
ese ramaje
que me
impedía la visibilidad para ver
las bellezas del campo, del bosque, de los ríos
y de la montaña. ¡Hoy soy feliz…!!!
“Vivo
como pienso…”
Este es mi árbol: Un roble y lo veo, lo observo, felizmente
desde mis dos pilares, la seriedad y la honradez, por ellos lucho día a día.
Espero que el dinero, el poder, la ambición no marquen nunca la ruta de mi
camino.
Una excursión a Cangas de Onís y Arriondas, un sol espléndido
y un día 7 de Mayo, forman parte de mi suerte, de mi libertad.