Aunque parezca que para morirse da igual un día que otro del año, por experiencia os
garantizo que no es lo mismo. Hace pocos años falleció un 31 de Diciembre mi madre y
el día debo reconocer que no es un día como los otros, es un día especial. Mi
madre fue especial y como ella era, así, fue el día de su fallecimiento:
31/12. Seguro que nadie de su familia lo va olvidar. Por consiguiente
en esta familia nuestra no hay Navidades y menos celebraciones de Año Viejo y entrada
del Año Nuevo.
Hoy y ahora un recuerdo especial a mi madre, que por cierto se hace
notar
con su ausencia, para ella nuestro cariño y respeto, pero siempre con
los límites
de la libertad individual y personal de cada un@ de nosotr@s. Un
recuerdo a mi madre que ya no nos acompaña en el camino de la vida, allí
donde esté que sea Feliz. Esta foto fue unos días antes de su fallecimiento, en ella se nota el desgaste de su grave enfermedad.
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