Cuando llegan las Fiestas de Navidad, casi siempre nos entra la nostalgia de
las personas que ya no nos acompañan en el camino de la vida. Esa melancolía que hace que no entendamos las cosas ordinarias de la vida. En muchas
ocasiones no somos lo suficiente fuertes
para cortar a tiempo lo que impide que sigamos caminando, con paz, con tranquilidad, con alegria y en
silencio...
Ayer una amiga de Madrid me envío este mensaje, la verdad que no tiene desperdicio. No hace
falta leerlo muchas veces para ver lo que debemos arrancar, cortar de nosotros mismos
para seguir adelante, disfrutando el día a día. Gracias María y que tengas unas Felices Fiestas!!!
